Cada uno de los que hemos estado en Honduras sabemos que el corazón se nos encoge en algún momento. A mi me pasó en La Isla. Este proyecto comenzó el 28 de febrero del 2008. La escuelita está ubicada en la Colonia la Isla (Tegucigalpa) uno de los contextos sociales más difíciles de la capital por sus problemas de distribución de drogas, marginación y pobreza extrema. Las casas están fabricadas con pedazos de madera, láminas en mal estado, palos, pisos de tierra y algunos con suerte tienen fabricada su casa con adobes. Esta colonia está en completo abandono y se mantiene con mucha basura, la cual, da paso al nacimiento de insectos transmisores de enfermedades tanto para niños como para adultos y ancianos, sin tomar en cuenta que esta colonia se encuentra a la par del río Choluteca, el cual está en un alto grado de contaminación por ser desembocadura de las aguas negras de la capital.
Este barrio marginal se ha formado en su totalidad, por varios factores:
1.
Pobreza extrema: Debido a que por su deplorable estado económico, se ven en una necesidad de vivir en este barrio.
2.
Niños/as, jóvenes y adultos en situación de calle (drogadictos, pro
stitución, etc.): Que se refugian allí con sus hijos a causa de no tener donde establecerse.
3.
Vendedores de droga: Al ser un lugar muy desatendido por el gobierno, le es fácil hacer su mercado de distribución.
4.
Damnificados a causa del huracán Mitch (1998): Estas son personas que de alguna forma fueron afectadas por este fenómeno, como es la pérdida de su vivienda que no les queda otra opción a la de acudir a este tipo de invasiones que no le representan gastos de habitación.
5.
Personas que se refugian en el sitio para consumir drogas (Marihuana, cocaína, resistol, etc.): aquí tienen la libertad de poder consumir sin que nadie les diga nada.
En esta colonia viven unas 40 familias que no cuentan con los más básicos servicios públicos (agua potable, servicios de acueducto, área recreativa, etc.) y cuyo único recurso económico es ser vendedores ambulantes, realizando trabajos varios que les dan un sueldo denigrante, la limpieza de casas, vendiendo tortillas, pidiendo en las calles, e incluso algunos se ven en la necesidad de robar para tener algo que comer ese día. Las casas están fabricadas por ellos mismos: el 98% de estas son elaboradas con pedazos de madera, láminas en mal estado, palos, pisos de tierra y un 2% de ellos con suerte tienen fabricada su casa con adobes, el 90% tienen sus techos de láminas metálicas.
Y entre toda esta miseria encontramos a Dania, alma y corazón del proyecto de la Isla, que junto con algunos voluntarios Hondureños y españoles, acude cada sábado para dar reforzamiento escolar, para asear, jugar y consolar, pero siempre con unos recursos super reducidos. Es por esto por lo que nace el Proyecto "Una escuelita para la Isla", y en eso estamos, con los planos ya hechos y con mil ilusiones e ideas. Pero como en todo, los sueños, sin dinero, pocas veces se cumplen, así que este será nuestro próximo objetivo, conseguir, entre todos los Acoes la construcción de esta escuelita. Ojalá que en no mucho tiempo pueda enseñaros las fotos de una nueva escuelita, que les permita tener un lugar digno donde poder sentirse niños, aunque sea por un ratito.